Carta de amor.
¡Oh, mi amor! Si te relatara las veces que me he arrepentido de no amarte y buscar cuerpos ajenos al tuyo, de besar otros labios, sabiendo que los tuyos tienen mi sabor preferido. De escuchar palabras falsas que salen de otras bocas, sabiendo que de la tuya solo sale afecto verdadero. ¡Oh, mi amor! Si supieras que al llegar la tarde mi cuerpo a sido recorrido por otras manos, que al amanecer recuerdo otras miradas y que al caer la noche añoro otra piel ¿Me mirarías igual? El miedo nubla mi juicio y prefiero callar ante una muerte inminente de lo que alguna vez llamamos "nosotros". No hay excusa valida para aquel dolor que te causaría el saber que no soy 100% tuya, sino que me entrego al azar, esperando algo que no debería esperar, buscando aquello que nunca debí encontrar. Recorro cada esquina de esta absurda cuidad que me consume, que no me suelta, que sé que puede llegar a matarme; maldiciéndome, concluyendo que no merezco tu amor, pues nunca he de merecer ser amada. ¡Oh